domingo, 18 de abril de 2010

Rovaniemi Age II: The Meltdown



Buenas.

¡Mas resumenes! Esta(s) semana(s) larga ha sido bastante buena, aunque nada del otro mundo.

Primero, decir que cuando llegué, me esperaba una enorme sorpresa. Me fuí de Rovaniemi con temperaturas que rozaban el cero, o incluso las primeras incursiones del termómetro en los hermosos números positivos. Sin embargo, a mi vuelta, todos los dias alcanzamos los +4º o incluso +6º. Esto se traduce, principalmente, en que tooooda la nieve esta desapareciendo a marchas forzadas, y el paisaje que me rodea ahora es completamente distinto. Al principio estaba algo decepcionado, pero ahora ya he aceptado el que todo este fundiéndose, y espero que volvamos a tener todo verde lo antes posible.



Tras volver de Rusia, algunas clases, examen sorpresa el Jueves (me enteré que tenía examen media hora antes del examen, que aprobé con nota ademas),y pasé un Viernes de fiesta bastante chulo, tras lo cual me dediqué a descansar el resto del fin de semana. Ese Sábado, o Domingo (ni me acuerdo la verdad) pensabamos que un amigo nuestro que estaba de visita se iba, asi que hicimos una cena de despedida en el Mia Maria, como manda la tradición. Sin embargo, falsa alarma, ya que al volcan islandes le dio por liarla parda y este amigo lleva aqui una semana larga, al principio para su regocijo, ahora para su exasperación.

Durante estos dias también descubrimos, para nuestro desconsuelo, que uno de nuestros compañeros no había visto ninguna película de la factoría Disney en su vida (salvo el Libro de la Selva), y como buenos samaritanos que somos hemos tenído mas de una sesión Disney con este amigo germano, para mostrarle joyas como el Rey Leon, Aladdin, o Robin Hood. Mas tarde tambien descubrí que tampoco ha visto Friends, pero haré cuanto esté en mi mano estos dias para remediarlo.

No iré dia por dia de esta larga semana (suelo hacer eso ya que este blog es mas un diario que un blog), pero si diré que salvo salir de fiesta Miércoles, cine a ver Kick-Ass el Jueves (muy recomendable para hecharse unas risas), fiesta el Sábado, una cena de hamburgesas en casa de las Chicas Germanas Domingo, y muchas horas de escribir ensayos (o ver el Príncipe de Bel Air mientras escribía ensayos), no ha acontecido nada del otro mundo. Llevo unas semanas sin afeitarme, a petición popular, y por ahora las respuestas parecen positivas.



Asi pues, nada mas, os dejo, hasta la próxima entrada, aunque las semanas que me quedan van a ser de hincar mucho los codos y salir lo menos posible.

¡Nos vemos!

sábado, 17 de abril de 2010

Rusia II




Continúo con mi recapitulación de mi viaje a Rusia.

Lo habia dejado con un secreto que descubrimos en la estación de Moscú. El famoso tren nocturno que habia de llevarnos desde Moscú a San Petesburgo (en esta linea habia habido un atentado unos meses atras, para mas inri) no era exactamente como esperábamos. Primero se rumoreó que no habia camas, a no ser que hubieras pagado un extra por ellas. Pero eso fue rápidamente desmentido... Para nuestro desmayo, la verdad era mucho mas aterradora: no había habitaciones, eran vagones compuestos unicamente por camas y camas y camas. Y aun mejor, los billetes que nos dieron nos desperdigaron a todos, y a mi en concreto me tocó mas solo que la una, en el peor vagon de todo el tren (no son mis palabras, son las de la organizadora). Un planazo, vaya.

Asi pues, pasé esa noche dormitando vestido, levantandome cada cinco minutos convencido de que algun ruso estaba intentando o robarme o violarme. El vagón apestaba a humanidad, no tenía ventilación, parecía una sauna, y no habia agua corriente, ni cuarto de baño. Como nota general, mi tarjeta de crédito desapareció esa noche, quiero pensar que por algún error mio, y no porque me la robaran.

Dia Cinco: Primer dia en San Petesburgo, con una visita en autobus con el ruso mas salado que jamas me haya encontrado (y he conocido bastantes, en realidad, gracias a mis trabajos de verano). Rapidamente pasamos por la Avenida principal, por el Palacio de Invierno, algunas iglesias, estatuas, edificios y museos militares, el barco Aurora, todo regado con algunos datos históricos, pero sin resultar un coñazo, como la guia de Moscú.

Tras esta visita, ducha en el hotel (el agua salía de colores raros al principio, el hotel era bastante malillo) y despues, a andar otra vez, cogiendo el metro, visitando la avenida, alguna de las iglesias que habíamos visto anteriormente, edificios interesantes, el parque de Marte, un Subways (finalmente, tras dias de súplicas, conseguí que comiésemos en uno), mas iglesias (una con la réplica a tamaño real de la Sabana Santa, amen de otras reliquias como un trozo de la Santa Cruz) etc... Y por la noche, pasearse por medio de San Petesburgo (que acojonaba una barbaridad, por algo es la capital del crimen) para encontrar un pequeño bar donde tomarnos algo, aunque nos recogimos pronto.



Dia Seis: Esa mañana me di cuenta de que mi tarjeta habia volado. Las llamadas de rigor para averigüar si algún ruso se estaba dando la buena vida con mi beca Erasmus (por suerte, nadie había usado la tarjeta) y cancelar la misma,tras lo cual la situación estaba controlada. Más visitas, empezando con el Hermitage, uno de los mayores museos del mundo. La verdad es que me sorprendió gratamente porque no me esperaba para nada un museo tan completo. La organización del mismo podría haber sido mejor, con algún cartelito señalando los caminos o algo asi, o que por lo menos no hubiera pasillos, ya de por si angostos, tomados por cajas de embalaje, como si estuviésemos paseando por una tienda de al por mayor cutre.

Tras el Hermitage, rapida visita a la cúpula de la iglesia mas alta de San Petesburgo, desde cual pudimos admirar todo el paisaje. Tras esto, otra iglesia, esta levantada sobre el lugar donde mataron a Alejandro II, un Zar de Rusia. La verdad es que esta iglesia me decepcionó bastante. Solo tenia el cuerpo central, nada especial. Muy decorada con pinturas y demas, pero estas pinturas estaban restauradas muy recientemente, y parecia todo nuevo y algo falso.


En cualquier caso, no había tiempo de pararse, y rapidamente cruzamos a la Fortaleza de Pedro y Pablo, aunque ya eran las seis y todos los museos e iglesias estaban cerrados (me perdí un museo de la artillería, que tenía muchas ganas de visitar). La fortaleza no era muy interesante, o al menos no nos la habían recomendado muy efusivamente. En sus tiempos, una prisión para VIPs, gente famosa, y demases. Dostoyevsky pasó cierto tiempo aqui, creo recordar. Tras descanasar un rato en la fortaleza, haciendo el tonto con algunas esculturas y cañones que alli habían (como se ve en la foto), nos fuimos andando al centro de nuevo, y allí visitamos un centro comercial super exclusivo, y algunos otros barrios de San Petesburgo.

Tras eso, volver al hotel, y a esperar al autobus que habría de llevarnos a Estonia. Tras una cena cara y apresurada en el restaurante del hotel, nos montamos en el autobús. El autobús fue una experiencia que rivalizará con la del tren-transporte de ganado que me llevó a San Petesburgo: el conductor iba pasando de calor sahariano a frio polar según su pequeña mente sadista decidía, y a mi me tocó en pasillo, con lo que apenas podía dormir (yo soy de ventanas). Lo peor fue llegar a la frontera. Bajarnos del autobus con todas nuestras cosas, pasar un control individual (los tres autobuses, ciento sesenta personas, siendo nuestro autobus el último), y de vuelta al autobus. Salvo que no debíamos confiarnos, ya que también había que parar en el lado estonio, para que comprobaran nuestros pasaportes una vez mas.

Tras todas esas penalidades, y haberme hecho con la ventana tras la parada en la frontera, consegui dormir unas horas. Llegamos finalmente a Tallin, donde nos dedicamos basicamente a dar vueltas por la ciudad antigua. Tallin es muy recomendable, bastante bonita, con una zona medieval chula... En general me gustó bastante.

Tras mucha vuelta y fotos de grupo (que solía hacer yo, por ser el colgado de Finlandia) nos separamos en el puerto, yo ya embarcado dirección Helsinki (aunque tuve la opción de haberme ido a Polonia, o a Estocolmo, gracias a la gente que conocí, que fueron increiblemente majos). En Helsinki, hacerme con un billete de tren (sin cama, que no tenía dinero por culpa de lo de la tarjeta), y camino de Rovaniemi.

Y a las once del dia siguiente llegé a Rovaniemi, concluyendo asi un interesante viaje de un pais que tenia bastante ganas de visitar cuando me enteré que venía a Finlandia.

Mañana, resumen de esta semana. ¡Un saludo a todos!

jueves, 8 de abril de 2010

Russia I



Viaje a Rusia:

Dia uno: amanezco a las ocho en Helsinki; tras casi confundirme de tranvia, acabo en la terminal correcta de ferrys, esperando a mi primo y el resto del pasaje. Tuve que esperar un huevo y medio de tiempo hasta que finalmente mi primo saliera, tras lo cual dimos un paseo de vuelta a la estación, ellos depositaron sus maletas, y turisteo por la capital de Finlandia.

En general, me pareció que Helsinki es una ciuad bastante bonita. No había mucho que ver, ciertamente, pero en conjunto es una ciudad bastante agradable, limpia, y bonita. Es una buena representación de Finlandia como pais, es decir, agradable, limpio, seguro, pero sin mucha personalidad. Visitamos unas cuantas iglesias (una de ellas subterranea), el puerto, la Biblioteca Nacional, una vuelta en tranvia por varios barrios, pasar por el numero 10 Downing Street particular de Helsinki, y poco mas.

(En la imagen podeis ver la estación de tren de Gotham, digo, Helsinki... ¡al parecer esta estación inspiró algunos diseños de Gotham de verdad!)

A las seis, en el tren, camino de Rusia. En el mismo anden las azafatas, Rusas todas ellas, ya no entendian ni un pijo de lo que deciamos en ingles, en lo que sería una buena demostración de lo que estaba por venir. En cualquier caso, en el tren mucha conversación, unas cuantas manos de cartas, mucho pokemon, y mucho control de pasaportes. Exceptuando que el agua potable era amarilla, no mucho mas aconteció esa noche.

Dia dos: despertarnos en la estación de Moscú, primera estatua de Lenin, y empezar a ponernos en movimiento. Tour en bus por los puntos emblemáticos de la ciudad, comenzando, como no, con la Plaza Roja. Algo menos expectacular o soviética de lo que esperaba, pero aun asi bastante chula (nos chupamos muchas horas en esa Plaza).

Tras la plaza y algunos otros puntos de la ciudad, nos sueltan en el hotel, y tras una siestecita, viajamos de vuelta a la plaza roja, inspecionamos los alrededores. Intentonas de ver a Lenin y entrar en el Kremlin, pero ambas visitas estan cerradas. Asi que mucho paseo, hasta llegar a una iglesia bestiaja, que preside el rio Moscú. Tras esto, cena, y bar con el grupo del viaje. Despues del bar, yo decido retirarme al hotel en metro antes de que cierre, y mi primo decide probar suerte con los clubs de Moscú, con desastrosas consecuencias (timados por el taxi, problemas para entrar, y no conseguir entrar).

Dia tres: Tras mucho perrear por la mañana, nos quedamos sin ver a Lenin por dos personas (nos cerraron la cola en la cara), asi que nos encogemos de hombros y nos vamos al Kremlin. No estaba mal, pero francamente, esperaba mas. La Armería, que es el museo, esta genial. Las guias automáticas que te dan son muy interesantes, aunque algo pesadas. Las catedrales de dentro son muy bonitas. Pero a mi me supo a poco en general. Era el Kremlin. El centro de la Rusia Soviética. Esperaba algo mas.

Tras eso, un paseo increible para encontrar un sitio donde comer, y despues, mas paseos al rededor de la ciudad, visitando pequeñas iglesias, el monumento a Pedro I el Grande, algunos puentes, etc... Para acabar, mas bar, y de vuelta al hotel.

Ultimo dia de Moscú: En este dia nos apresuramos por la mañana para que no nos pasara lo mismo con Lenin, y fuimos a verlo. En conjunto, todo da un mal rollo impresionante. El Mausoleo, los guardias, todas las tumbas que hay antes, y el viejo Lenin ahi, quietecito, que parece que se va a levantar en cualquier segundo para aplastar el capitalismo. En conjunto, muy interesante.

Tras Lenin, mas paseos, la central del KGB (supuestamente, "ex" central), la calle Arbat, muy bonita, un paseo hasta el zoo y la llamada "Casa Blanca Rusa", unas vueltas en la linea marrón del metro, que tiene las paradas de metro mas espectaculares que haya visto y en extremis conseguí ir a ver la estatua de Yuri Gagarin, que tenía muchas ganas de ver. TRas esto, a vegetar a la estación de trenes de Moscu, donde avergiuamos una terrible, terrible verdad acerca del tren a San Petesburgo.

Eso en la siguiente entrada. Un saludo.